sábado, marzo 29, 2008

La Luca Mejor Pagada

Luego del pago de la entrada al parque, salimos a recoger nuestras mochilas. Nos vamos caminando, cierto?-pregunto mi compañero de viaje, yo dije que si con la cabeza.Entonces mientras nos armábamos para la caminata vimos venir una chica.Se van con nosotros? -preguntó-este es el ultimo transfer hasta el campamento Torres, (la base de cualquier comienzo de expedición) son 7 kilómetros hasta allá. Nos miramos. Ya, igual...-dijimos al unísono- total....cuanto cuesta? Mil pesos -respondió. Así que ahí estábamos de nuevo embarcados en un vehículo motorizado, el último que veríamos en días. Partió lento y siguió igual. Antes de llegar a un puente meccano, el conductor se bajó y dobló los espejos hacia adentro. Apenas moviéndose avanzó por la estructura que no alcanzaba a ser mas amplia que dos centímetros por cada lado del vehículo. Gran hazaña de verdad, tanto así que los turistas sacaron sus cámaras y grabaron el acontecimiento para perpetuarlo de inmediato. Pasado el puente, espejos de nuevo en posición y velocidad aumentada, avanzamos otra vez. Era raro avanzar y ver que el suelo pasaba debajo de nosotros y aunque las Torres solo se movían hacia los lados mientras el auto giraba, ni se alejaban ni se acercaban, no cambiaban de posición, ni sus nubes cambiaban de forma en la coronilla, ni el color azulado plomizo de sus paredes. Vueltas a la derecha y a la izquierda. Una hora y 25 minutos de viaje por un camino de piedras odioso que agradecía no haber caminado, pues hubiese sido una pesadilla avanzar con tanto peso sobre esta ruta de guija que tambaleaba el transfer constantemente. Esta es la luca que mejor hemos pagado, wn! , dijo mi colega de viaje. Con nuestro peso (el de las mochilas , claro) nos hubiese tomado mas de 4 horas. Pero llegamos otra vez a otro destino. Hostería Las Torres...bueno, casi. Nos quedamos en el camping junto a la hostería, un lugar perfecto. Era posible hacer fuego (que por supuesto hicimos), ducharse con agua caliente (tambien lo hicimos), comer en mesas de camping (obvio) y armar un campamento base como para acceder a los puntos mas cercanos y a las mismísimas Torres. Rápidamente armamos la carpa (que pronto fue uno de nuestras mas preciadas cargas) y fuimos a buscar leña para cocinar. El hambre había aumentado al avanzar el día y a esa hora, las 7 u 8 de la tarde, el durazno que comimos en Laguna Amarga y los Jamón-Queso de Puerto Natales eran historia. La carpa lista, el fuego ardiendo, las mochilas guardadas y el agua calentándose sobre el fuego indicaban el lento fin del primer día de aventura. Nuestra acompañante hizo su aparición junto a la sopa. Una botella de Tabasco, fuego envasado que calentaba los platos sin fuego, seria parte de nuestra ruta y no la dejaríamos de lado hasta el final. La comida estuvo excelente, acompañada con el agua mas sabrosa que hemos bebido en mucho tiempo. Debe haber sido alrededor de las 11 cuando nos dormimos, luego de analizar lo que venia, donde estábamos, asimilando lentamente que lo planeado era un hecho y estábamos a horas de comenzar la primera caminata en esta Tierra Media Patagónica. Casi entre sueños le dije a Crystian: Entonces a las cuatro nos levantamos para ir a ver las Torres con la primera luz del día? Bueno- contestó.

1 comentario:

Su. dijo...

que ganas de conocer las Torres de Paine...
Bonito relato
Felicidades por este lindo viaje
Su.