Todo Listo

Si bien el viaje a Punta Arenas apenas estaba contemplado, apenas fue confirmado tuvo una significancia mas allá de la que su verdadera finalidad pretendía.Un mes realizando clases de capacitación para el Ejercito puede ser de por si una aventura, algo normal pero aventura al fin.Simpática experiencia que me permitió conocer muchísima gente y por lo tanto valiosa al 100 %, alejado de mi familia otra vez, enseñando a los jóvenes soldados conscriptos los secretos que transforman a una persona normal en un buen bartender, tratando de inculcar además valores como persona que son indispensables para el desarrollo que están viviendo para alcanzar metas y para triunfar como hombres y mujeres en un futuro próximo. El asunto es que este grupo de 25 jovencitos (as) fue una verdadera experiencia. Cual de todos mas felices al descubrir que el profesor que tenían en frente no era un viejo aburrido sino un tipo con patillas de Elvis y que usaba un lenguaje casi igual al de ellos (casi porque tampoco me da para estar taaaan al día con las variaciones idiomáticas tan aceleradas que vive nuestra habla) al que le gustaba la música y los panes con chicharrones del casino. Obviamente a mi también me alegro ver que eran muy respetuosos conmigo y que hacían las mismas tonteras que yo hacia en el colegio, además de contar unos chistes buenísimos que me causaban incluso ataques de risa los que contagiaban al curso completo transformando la clase en algo parecido aun recreo constante.Los resultados eran previsibles, los alumnos estudiaban mas de lo que esperaba con unas ganas y una competitividad por alcanzar el primer lugar que daba gusto.Con la realización de un cocktail de degustación de tragos al fin del curso que fue el comentario de los últimos días debido a la originalidad de los tragos y la profesionalidad de los alumnos, concluyó todo con un dulce gusto a triunfo de parte de los alumnos y de satisfacción de parte mía.Como la guinda de la torta (o mejor dicho, la aceituna del Martini) tuve la posibilidad de realizar un paseo en Tanque, un Leopard Alemán de 46 Toneladas que se movía como una cuna al avanzar.Gran cosa la verdad...ahí terminaba la etapa educativa en las tierras Magallánicas, con un broche de oro.El día de la licenciatura todo comenzó muy temprano y con orden militar la ceremonia concluyo a las 11 de la mañana.Mi mente estaba ya enfocada en lo que venia, lo que ya se estaba gestando.A esa hora Crystian, mi colega y compañero de ruta, volaba rumbo a Punta Arenas para formar parte de la aventura rápidamente programada un mes atrás.solo 2 horas mas tarde viajábamos a la Zona Franca a surtirnos de los alimentos y demáses.Muchas latas y comida deshidratada mas chocolates y Mantecol (para Crystian turrón), leche condensada y cereales, todo esto componía nuestra despensa que nos mantendría vivos durante los días venideros.Una botella de Whisky seria todo el alcohol que llevábamos, no de la mejor calidad para que sirviese para limpiar heridas en caso de algo....todo estaba listo para ir a llenar nuestras mochilas de una vez antes de partir. Esa noche en el Hostal, Jorge, el anfitrión y su familia nos agasajaron con un asadito de despedida, estaba perfecto! con mucho vino tinto que fue seguido por unos whiskys mas y otros rones y pisco...de visita llego otro Jorge y dos amigos mas, este Jorge era teniente del Regimiento en donde realizé las clases y jefe de mi curso a cargo.Con alrededor de 10 personas en la reunión, la cosa se alargo hasta las 3 de la mañana. Crystian ya dormía cuando llegué a armar mi mochila que claro, deje para el final.Otra media hora hasta que estuve listo y otro whisky con Jorge para terminar de arreglar el mundo antes de irme a dormir.Eran mas de las cuatro cuando me metí en la cama cansado como un perro, pero ni la mitad de cansado de como me sentiría en algún momento de los días que venían.Pensando y esperando no haber omitido algún detalle, con la seguridad de tener todo listo, me dormí.